No fue una tarea sencilla. La pandemia pareció congelar el tiempo, detuvo las opciones de financiamiento y todo se puso cuesta arriba.

Con perseverancia (y una buena cuota de obsesión) logramos finalizar la construcción del primer Jardín Sanador para el colegio Santa Lucía, que beneficiará 110 estudiantes con ceguera total o parcial. Los niños y jóvenes viven en un entorno de alta vulnerabilidad, por tanto, su lugar de clases es también el espacio de contención y alivio.

Orígenes del Jardín Sanador

El lugar cuenta con un espacio al aire libre para jugar, aprender y tener consciencia del poder transformador que significa conectar con la naturaleza.

Se creó y pensó en la Fundación Inspira en el 2019 como un espacio al estilo sala de clases. En su diseño participó la paisajista Magdalena Pérez de Arce. En ese momento, no pudimos terminar el proyecto inicial por falta de recursos. 

Agradecimientos 

Terminar el jardín fue, como siempre, un trabajo colaborativo. Esta vez junto a un equipo humano extraordinario que trabaja con el corazón: Daniela Casanello, paisajista, Ecoplan y Claudia Cansino, de la constructora San José. Una “ejecutora de sueños” (así la nombró la Daniela). ”Yo diseño, y tú lo haces realidad”, fueron sus palabras.

Este proyecto comenzó gracias al voluntariado corporativo el 2019 junto a DirecTV. Visitamos el lugar junto a Pamela Guajardo y no huno dudas al interior del equipo que sería un desafío inmenso. El compromiso social del proyecto hacia la comunidad, fue algo que nos removió por completo.

Pudimos avanzar mediante el apoyo de la empresa privada quienes se la jugaron por concretar esta iniciativa. Destacamos a UPS Chile, un aliado de Fundación Inspira. Un pilar importante. Fueron las gestiones de Lorena Santibañez que permitieron obtener los recursos necesarios.

Cada peso fue utilizado pensado en cada uno de los potenciales “habitantes” de este mágico lugar. Podemos decir con orgullo que crecimos en este proyecto. Sin todos ellos, imposible haber llegado a concluir este gran sueño.

Hoy, en 2021, aún en contexto de pandemia, cobra más sentido que nunca, poder contar con un Jardín Sanador para el desarrollo y contención para una comunidad escolar completa. 

Infinitas gracias a la confianza depositada del colegio hacia nosotros. Ahora queda crear un voluntariado corporativo junto a la comunidad para mantener y hacer cada día más propio el que es, a contar de hoy, su propio Jardín Sanador. ¿Qué mejor para iniciar este 2021?