Cumpleaños: 10 años junto al ceibo
La sombra del gran ceibo, ubicado en uno de los diez jardines sanadores del Hospital del Salvador, hoy parecía especialmente acogedora. No solo por los más de 30 grados de calor, sino porque fue un día especial. Hicimos el rito de celebración por el cumpleaños de la Fundación Inspira.
Una torta de cuchiflíes, deliciosas galletas que trajeron dos voluntarias, una limonada con menta, cerezas y duraznos fueron parte del regaloneo. Pero las conversaciones y los saludos que se dijeron fueron el mejor alimento para el alma.
Francisco Beas, presidente del Directorio de Fundación Inspira apeló a la consolidación de un proceso de una década y de la belleza de lo simple que se expresa en celebraciones como esta que reflejan un modo de hacer las cosas: de manera acogedora, respetuosa y colaborativa.
Por su parte, Alejandra Vargas, directora de Fundación Inspira, motivó a explorar el poder sanador de la naturaleza y a dejar de verlo como algo mágico y lejano “Hay un mundo por descubrir y está a nuestro lado”.
Cuando Carlos Guerrero, jefe de la Unidad de Cultura Organizacional y Entornos Laborales del Hospital del Salvador, tomó la palabra, muchos sabían que se trataban de un “hincha verde” de la Fundación. No por casualidad, habló desde el corazón afirmando lo fácil que es ser fan “de un proyecto que hace tan bien a la comunidad del hospital”.
El turno de Fernando Lacalle, director (s) de Hospital Del Salvador, comenzó desde una experiencia trasformadora: “Aquí, bajo este mismo ceibo, nos reuníamos al comienzo de la pandemia para definir la estrategia para controlarla. Un jardín como este nos conecta con la fuerza de la vida y eso nos ayuda a sanar a todos”.
Doris Erlwein, directora ejecutiva de Fundación Inspira, partió agradeciendo a todos los presentes y a todos los que con su trabajo y colaboración han hecho posible la Fundación Inspira. Acto seguido, dejo planteados desafíos: aumento de socios/as para cubrir la demanda en otros hospitales públicos y avanzar con rigurosidad organizacional para consolidar la metodología de Fundación Inspira.
Un regalo especial en la ocasión fue la presencia de Alejandra Rosati, una de las cofundadoras, quien recordó cómo antes la mayoría de estos jardines del Hospital del Salvador eran lugares cerrados con llave y que servían para guardar equipos y materiales. “Es admirable que la Fundación Inspira cumpla 10 años. Es un logro sostenido con pasión, convicción y mucho amor. Ahora tenemos que ser muchos más los que ayudamos de maneras diversas para que siga floreciendo los próximos diez años”.